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Mayo 03, 2025 06:00 pm
6 vampiros "reales" que la historia de la humanidad guarda registro
El mito, aunque no comprobado, permanece vivo en la cultura popular
Si bien la ciencia moderna ha explicado buena parte de los fenómenos que originaron estas creencias, el misterio que rodea a los vampiros continúa siendo fuente de inspiración para novelas, películas y leyendas urbanas.
El estreno reciente de Nosferatu ha vuelto a encender el interés por estas figuras oscuras que habitan entre el mito y la realidad: seres humanos que, según las leyendas, transitan entre la vida y la muerte, ocultándose en la oscuridad y alimentándose de sangre.
Aunque a primera vista la idea de los vampiros pueda parecer fantástica, hay registros históricos que han alimentado esta creencia durante siglos. Lejos de las representaciones románticas del cine o la literatura, los relatos originales son mucho más inquietantes.
¿Qué es un vampiro, según la tradición?
Antes de adentrarnos en los relatos más inquietantes, es necesario comprender el concepto detrás del vampiro. La definición ofrecida por la Real Academia Española describe al vampiro como una “criatura legendaria que, una vez muerta, sale por la noche de su tumba para chupar la sangre de las personas dormidas”. El término proviene del húngaro y ha sido adoptado en muchas lenguas y culturas.
El estereotipo del vampiro atractivo y elegante, con una apariencia enigmática, fue moldeado principalmente por la ficción. Sin embargo, las raíces de este mito son mucho más crudas y están profundamente ligadas a fenómenos históricos y sociales.
El vampirismo en tiempos medievales
Durante la Edad Media, el miedo a los muertos que regresaban a atormentar a los vivos era común en diversas regiones de Europa. En el siglo XVIII, por ejemplo, se documentaron crisis de histeria colectiva en países como Serbia y Polonia, donde muchas personas estaban convencidas de que sus difuntos familiares volvían convertidos en vampiros.
Hoy en día, se cree que muchos de estos casos pueden explicarse por enfermedades como la porfiria o por los efectos naturales del proceso de descomposición, que no eran comprendidos en ese entonces. Aun así, estos hechos alimentaron relatos que todavía hoy despiertan intriga.
Jure Grando: ¿el primer vampiro reconocido?
Uno de los primeros casos con registro escrito sobre un presunto vampiro es el de Jure Grando Alilović. Nacido en 1579 en Kringa, un pueblo de la actual Croacia, su historia cobró notoriedad luego de su fallecimiento en 1656.
Se decía que durante 16 años, Jure salía de su tumba para merodear el pueblo. Algunos habitantes afirmaban que tocaba las puertas de las casas y que, días después, quienes habían respondido morían. Su propia esposa afirmó que fue atacada por él durante la noche.
Un grupo de vecinos, liderado por el prefecto Miho Radetić y el sacerdote Giorgio, decidió acabar con esta situación. Al abrir su tumba, encontraron el cuerpo en condiciones extrañas: intacto y con una sonrisa macabra. Intentaron clavarle una estaca, sin éxito. Finalmente, lo decapitaron con una sierra tras un ritual de exorcismo. Según la leyenda, el cadáver emitió un grito y sangró profusamente. Desde entonces, el pueblo recuperó la tranquilidad.
Petar Blagojević: el “muerto que volvió nueve veces”
Otro caso emblemático ocurrió en 1725 en Kisiljevo, una localidad de Serbia. Tras la muerte de Petar Blagojević, nueve personas fallecieron en apenas ocho días. Todas aseguraban, en su lecho de muerte, haber sido atacadas por él. Su viuda incluso declaró que su difunto esposo se le había aparecido pidiéndole sus zapatos, lo cual la llevó a huir aterrada del pueblo.
Al exhumar el cuerpo, los habitantes encontraron signos que consideraron anómalos: crecimiento de uñas y cabello, y sangre fresca en la boca. Con la autorización de un funcionario imperial, procedieron a atravesarle el corazón con una estaca.
Empusa (Grecia, ca. 400 a.C.)
Empusa, hija de la diosa Hécate, es una figura del folclore griego que se transformaba en una mujer hermosa para seducir a los hombres y luego beber su sangre. Se le atribuían piernas de bronce y la capacidad de cambiar de forma.
Arnaud Paole (Serbia, siglo XVIII)
Arnaud Paole fue un soldado serbio que, tras su muerte, fue acusado de convertirse en vampiro y causar varias muertes en su aldea. Su caso fue documentado por oficiales del Imperio Austriaco, contribuyendo al auge del pánico vampírico en Europa.
La condesa sangrienta: Elizabeth Báthory
La noble húngara Elizabeth Báthory (1560–1614) ha sido otro de los personajes históricos vinculados con el imaginario vampírico. Apodada la “Condesa Sangrienta”, fue acusada de asesinar a numerosas jóvenes para bañarse en su sangre, con la creencia de que así preservaría su belleza y juventud.
Si bien muchos de estos testimonios fueron obtenidos bajo tortura y algunos historiadores sugieren que pudo haber sido víctima de una conspiración, su historia alimentó uno de los perfiles más perturbadores del vampirismo: el de la aristocracia macabra.
Vlad el Empalador: inspiración para Drácula
Uno de los personajes históricos más conocidos asociados al mito es Vlad III de Valaquia, mejor conocido como Vlad el Empalador. Nacido en 1431, se ganó su apodo por sus crueles métodos de castigo, principalmente el empalamiento.
Aunque no existen evidencias de que bebiera sangre, su reputación sanguinaria fue el modelo ideal para Bram Stoker, quien se inspiró en él para dar vida al Conde Drácula. El vínculo con el folclore local se refuerza por la figura del strigoi, un muerto viviente que vuelve para alimentarse de los vivos. Además, Vlad utilizaba el apellido Drăculea, es decir, “hijo del dragón”, derivado de la Orden del Dragón a la que pertenecía su padre.
El interés por los vampiros no parece tener fin. “Criatura legendaria que, una vez muerta, sale por la noche de su tumba para chupar la sangre de las personas dormidas”, dice la RAE, pero para muchos, su existencia sigue siendo tema de debate.
Si bien la ciencia moderna ha explicado buena parte de los fenómenos que originaron estas creencias, el misterio que rodea a los vampiros continúa siendo fuente de inspiración para novelas, películas y leyendas urbanas. El mito, aunque no comprobado, permanece vivo en la cultura popular.